Están constituidas por los tres grupos celulares: eritrocitos, leucocitos y plaquetas, las cuales se producen en la médula ósea, a partir de células madre que se multiplican a gran velocidad.
Las plaquetas y los glóbulos rojos están exentos de núcleo y tienen tamaños, formas y funciones más o menos estándar. Los glóbulos blancos, sin embargo, tienen variadas formas, colores y sus funciones también difieren bastante de una clase a otra. Son las únicas células sanguíneas que pueden cumplir funciones fuera del torrente circulatorio.
Los eritrocitos o glóbulos rojos: son células anucleadas (sin núcleo) con forma de disco bicóncavo, en su interior llevan una sustancia llamada hemoglobina (proteína que contiene hierro), lo que le confiere el color a la sangre, especializados en el transporte de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) entre los tejidos y la circulación pulmonar.
Los leucocitos o glóbulos blancos, llamados así por su color a la exposición del microscopio, son células nucleadas que están principalmente en la sangre y circulan por ella en función de combatir las infecciones o cuerpos extraños; pero en ocasiones pueden atacar los tejidos normales del propio cuerpo. Es una parte de las defensas inmunitarias del cuerpo humano. Los hay de variados tipos y con diversas especializaciones.
Los Trombocitos o plaquetas, son los componentes celulares más pequeños de la sangre. Son células anucleadas encargadas de la primera fase de la coagulación, por lo que sus funciones están limitadas al torrente sanguíneo.